No sólo para
incendiar la nave hemos nacido:
para tripular
embarcaciones
que naufragarán con
nuestra sola presencia,
para detener las furias
del mar
con el pubis
descubierto y salobre
como un mascarón de
proa en la tormenta.
Elva Macías.
Mujer: Hoy que tienes
oportunidades y alternativas diversas para descubrirte y desarrollarte, una de
las más sabias es tomar un libro. Quiero recordarte que el acto de leer fue
vedado durante mucho tiempo al género femenino. Ideas arcaicas dominantes le
privaron de la lectura. La erudición era delegada a los hombres. La
emancipación del conocimiento pertenecía a ellos. Por ende, los libros entre
más lejos de la mujer, mejor.
Cambiar este paradigma nocivo fue una tarea que costó, incluso, sangre. El hecho de que hoy puedas tener algún libro en tus manos, es el fruto de una rebelión que impulsaron muchas guerreras por defender su derecho al conocimiento, su derecho a la lectura. Dichas rebeldes, fueron apasionadas lectoras para luego ser grandes pensadoras, y figuras notables en la historia de la humanidad.
“¿A
dónde iría si pudiera llegar? ¿Qué sería si yo fuera?”
Gloria Vergara
¿De qué te liberas cuando lees?. De ataduras peligrosas para tu pensamiento, de complejos sofocantes, de aprendizajes amurallados. Una mujer lectora siempre será peligrosa donde quiera que vaya, porque romper esquemas es su delito constante. Por eso, hay quienes no soportan que las mujeres lean, porque no conviene que crezca el número de rebeldes.
Las condiciones de hoy en nuestro contexto cultural, te permiten leer absolutamente lo que tu quieras. Eres sumamente afortunada, gozas de ese privilegio. Aún hay regiones en el mundo en las que esto no es posible. Te invito a reflexionar acerca de ello, porque quizá ese libro que tú no te tomas el tiempo en leer, sea el libro deseado que muchas quisieran leer, pero no pueden. Ahora asume tu derecho por la lectura, invierte ese tiempo valioso que tienes de tu día a día en leer, hazte ese regalo precioso.
Alguna ocasión le dije a una amiga: “Un día que yo paso sin leer, para mí es un día perdido”. Crecí entre libros, y vivo entre ellos. Aprendí a leer a los tres años de edad. Fue el regalo más maravilloso que mi mami, docente de toda la vida, me pudo dar. Desde entonces no paro de leer nunca. Por eso me verás luchando, fomentando y denfendiendo ese amor por el acto de leer.

Bravo! 🤩
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