Las mujeres que leen.


 

No sólo para incendiar la nave hemos nacido:

                  para tripular embarcaciones

                        que naufragarán con nuestra sola presencia,

                        para detener las furias del mar

con el pubis descubierto y salobre

como un mascarón de proa en la tormenta. 

Elva Macías.

                       

 Por: Alejandra Martínez

Mujer: Hoy que tienes oportunidades y alternativas diversas para descubrirte y desarrollarte, una de las más sabias es tomar un libro. Quiero recordarte que el acto de leer fue vedado durante mucho tiempo al género femenino. Ideas arcaicas dominantes le privaron de la lectura. La erudición era delegada a los hombres. La emancipación del conocimiento pertenecía a ellos. Por ende, los libros entre más lejos de la mujer, mejor.

Cambiar este paradigma nocivo fue una tarea que costó, incluso, sangre. El hecho de que hoy puedas tener algún libro en tus manos, es el fruto de una rebelión que impulsaron muchas guerreras por defender su derecho al conocimiento, su derecho a la lectura. Dichas rebeldes, fueron apasionadas lectoras para luego ser grandes pensadoras, y figuras notables en la historia de la humanidad.

 En su canción “Mujer”, Amparo Ochoa dice: “Pensar es altamente femenino”, yo quiero parafrasearla, y agregar también: “Leer es altamente femenino”. Me importa mucho escribir estas líneas, mi intención es que lleguen a ti, mujer, amiga mía y hermana. Quiero decirte que el acto de leer,  te hace mucho más hermosa, que no hay sensación más linda que percibir a una mujer que lee. ¿Sabes porqué me atrevo a decir esto?. Porque una mujer que lee , es una mujer que se descubre nuevamente y se reinventa. Al leer engendras tu libertad. Y la mujer que es libre, es única.

 

                        “¿A dónde iría si pudiera llegar? ¿Qué sería si yo fuera?”

                                                                                          Gloria Vergara

                       

 ¿De qué te liberas cuando lees?. De ataduras peligrosas para tu pensamiento, de complejos sofocantes, de aprendizajes amurallados. Una mujer lectora siempre será peligrosa donde quiera que vaya, porque romper esquemas es su delito constante. Por eso, hay quienes no soportan que las mujeres lean, porque no conviene que crezca el número de rebeldes.

 ¿Porqué crees que a Juana Inés de la Cruz le confiscaron sus más bellos instrumentos de lectura?. Porque su libertad de pensamiento ya no era conveniente. Pero lo que nunca pudieron sustraerle fue la inteligencia profusa que habitaba en su ser. El pensamiento de Juana Inés, porta ese grito colectivo de nosotras las mujeres, aquél que clama resurrección.

Las condiciones de hoy en nuestro contexto cultural, te permiten leer absolutamente lo que tu quieras. Eres sumamente afortunada, gozas de ese privilegio. Aún hay regiones en el mundo en las que esto no es posible. Te invito a reflexionar acerca de ello, porque quizá ese libro que tú no te tomas el tiempo en leer, sea el libro deseado que muchas quisieran leer, pero no pueden.  Ahora asume tu derecho por la lectura, invierte ese tiempo valioso que tienes de tu día a día en leer, hazte ese regalo precioso.

Alguna ocasión le dije a una amiga: “Un día que yo paso sin leer, para mí es un día perdido”. Crecí entre libros, y vivo entre ellos. Aprendí a leer a los tres años de edad. Fue el regalo más maravilloso que mi mami, docente de toda la vida, me pudo dar. Desde entonces no paro de leer nunca. Por eso me verás luchando, fomentando y denfendiendo ese amor por el acto de leer.

 Así que con todo mi amor te digo: ¡Mujer, a leer!

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