VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


Por: Mtra. Nayelli Sánchez Acosta
Día a día, leemos en los periódicos, escuchamos en el radio o en la televisión, diversas noticias que nos indican el grado de violencia que nos rodea. Probablemente hemos sido testigos de algún tipo de violencia muy cerca de nosotros. En nuestra comunidad, entre personas que conocemos, familiares o distintos grupos a los que pertenecemos o frecuentamos. Estas agresiones son dadas por diversas causas como: robos, discusiones o pleitos por alguna pertenencia, problemas o rivalidades entre estudiantes, etc. Esta violencia se puede volver incontrolable.
La violencia, es cualquier acto que atenta contra los derechos, la voluntad y la integridad física y emocional de las personas, o que afecta sus relaciones sociales. También puede ser el hecho de obligar a los otros a hacer lo que nosotros queremos.
En México, cada año miles de menores de edad son atendidos en hospitales porque han sido víctimas de maltrato por parte de sus padres o algún otro familiar.
Este tipo de violencia muchas veces no se considera como tal, porque mujeres y hombres, ya sea en su papel de hijos, hijas; esposos, esposas; pareja, madres o padres de familia creen, aún en estos tiempos, que los golpes, los gritos, las amenazas, etc. son una forma “natural” o “normal” de “corregir” o “educar” dentro del hogar.
A estas conductas agresivas que se dan en el hogar y que dañan el cuerpo, alteran el estado emocional, el bienestar personal o la libertad de los menores o de cualquier integrante de la familia se le conoce como violencia intrafamiliar.
Existen diferentes formas en que la violencia intrafamiliar se puede manifestar dentro de nuestro hogar, como:
®   Acciones aparentemente sin importancia. Empujones, que poco a poco se complican, causando lesiones cada vez más graves como: golpes en el cuerpo, en la cara, en la boca, en la cabeza, encierro forzoso, encadenamiento, privación de alimentos, etc. a esto se le llama VIOLENCIA FÍSICA.
®   A los gritos, insultos, amenazas de golpes o de castigos se le llama VIOLENCIA VERBAL.
®   La indiferencia, las amenazas de abandono o separación, las actitudes de desprecio, la limitación de gasto para cubrir necesidades, las ofensas acerca del cuerpo y las humillaciones son VIOLENCIA PSICOLÓGICA O EMOCIONAL.
®   El abuso o acoso sexual, desde tocamientos, miradas, caricias no deseadas, insinuaciones o peticiones sexuales y la violación, son VIOLENCIA SEXUAL.
Tomemos en cuenta que cualquier tipo de violencia tiene consecuencias para todos los integrantes de la familia, sin embargo, tiene más impacto en los menores de edad.
Los menores de edad, se vuelven tristes y/o agresivos, no se ocupan de sus diferentes actividades, es decir, no son responsables de ellas dentro de la escuela, ni en los ámbitos familiar y social, pierden el interés por su aseo personal, algunos tienen una actitud irrespetuosa hacia el prójimo. Si el menor tiene oportunidad, se refugia con personas fuera del ámbito familiar y,  la mayoría de las veces, encuentra drogas, alcohol y delincuencia. Además, los menores de edad que sufren de violencia intrafamiliar, es muy probable, que se conviertan en futuros agresores de sus hijos e hijas, ya que es la única forma que aprendieron y que conocen de convivir y relacionarse con el otro.
Otra de las consecuencias de este tipo de violencia es la desintegración familiar y la huida definitiva de los menores de sus casas, es decir, prefieren vivir en las calles y ahí encuentran otro tipo de violencia y rechazo por parte de las autoridades u otras personas.
Sin duda alguna, es un problema social que nos compete a cada uno de nosotros, por lo que, si detectamos que algún niño o adolescente es víctima de violencia, no dudemos en pedir ayuda profesional para salvaguardar su bienestar físico, mental y emocional.
Facebook: Nayelli Sánchez


Comentarios