Por: Mónica Maydez.
1. Desintoxícate.
Es cierto aquello de que una manzana
podrida puede echar a perder a todas las manzanas del canasto. Verás…
Hay gente con mentalidad positiva.
Gente que desea llegar temprano al trabajo, instalarse en su lugar y realmente ponerse a trabajar. Entonces
llega la manzana podrida que lo distrae y le hace perder el enfoque del
trabajo.
Las personas tóxicas abundan en
nuestro país. ¿Cómo identificarlas? Son aquellas personas que siempre se están
quejando de todo, sea bueno o malo, ellas se quejan. Por ejemplo: Si no les dan
un día de descanso que aparentemente es “obligatorio”, comienzan a quejarse de
lo malo que es el jefe; si por el contrario, el jefe les da el día de descanso
y otro aparte, entonces se quejan de que el jefe es muy tonto.
Personas que con nada están a gusto y
desde que abren los ojos por la mañana comienzan a quejarse: ¡Qué hueva ir a trabajar! ¡Casi no dormí y estoy muy cansado! ¡Preferiría quedarme a dormir!, etc.
La gente tóxica, achacosa, aquella que
siempre padece de algún dolor o enfermedad. Solo habla de lo que le duele, de
lo que le hace daño, de lo que le incomoda, etc. Si estamos mucho tiempo con
ellos, en un rato también vamos a comenzar con extraños dolores.
Hay otro tipo de personas tóxicas,
creo que son de las que más debemos cuidarnos. Aquellas que desde su lugar y
aparente concentración en su trabajo, se dedican a criticar los fracasos y los
éxitos de todos los demás. Se creen juzgadores para decir quién sí y quién no
se lo merecía.
Un tipo más, hay empleados a los que
se les delega un proyecto, actividad o tarea, lo hacen pero si algo sale mal,
jamás asumirán su responsabilidad. Hallarán otro “culpable”: “Tú me lo pasaste así”, “No me dijiste que
lo querías de tal modo”, etc. De sus labios nunca saldrá un “Discúlpame, fue mi error”.
Esto se debe, sin ser una
justificación, a nuestra cultura. Resulta que en México estamos mal
acostumbrados desde niños a decir cuando tiramos un objeto “Se cayó tal cosa” si en vez de eso dijéramos: “Yo lo tiré”, podríamos enfrentar desde pequeños nuestros errores y
aprenderíamos a decir que fuimos nosotros y no que tal cosa se ha caído como
por arte de magia.
Esas personas, tanto en el trabajo
como en la vida diaria, nos roban paz, energía y nos hacen ser como ellos sin
darnos cuenta. Así como nos desintoxicamos de la grasa en los alimentos,
resulta maravilloso hacerlo de este tipo de personas. Ya que nos contagian y
nos hacen pesada la vida.
2. Rodéate de personas de “Mente
abierta”.
Una persona con la mente educada, en
lugar de ver obstáculos, verá oportunidades. No se cerrará a alguna idea, por
muy contraria que sea a las suyas. Todo lo contrario, es gente dispuesta a
aprender y aceptar distintas ideologías.
No tendrá miedo a equivocarse, lo intentará a pesar de la probabilidad que
existe de errar.
Con este tipo de personas, en lugar de
críticas hacia otras, hallarás un punto objetivo y comprensible de la actitud
de los otros. Influenciará en ti de tal forma que tú también serás una persona
de mente abierta, dispuesta y preparada para los cambios. Alguien que se rehúsa
a cambiar, vivirá estancado, y si el agua estancada apesta, imagina lo que
pasará en ti.
Aunado a esto, una dieta mental mejorará
tu vida. Si te preocupas por darle a tu cuerpo alimentos de calidad, ¿por qué
no hacer lo mismo con tu mente? Comienza a desechar actividades que no te
nutren intelectualmente, por ejemplo, en vez de mirar un partido de futbol,
cosa que no te construye ni te aporta nada, decides leer un buen libro o mirar
un documental, es como si cambiaras un plato de chicharrones grasosos por uno
de verduras frescas.
Educa tu mente, indaga. No te quedes
con la primera respuesta, dudar es un arte, así que impleméntalo en todas las
interrogantes que te hagas.
Analiza lo que consumes mentalmente,
haz una lista y comienza a tachar todo aquello que es contenido chatarra, tanto
consumismo como personas que no aportan nada a tu mente. Cambia los reality shows por lectura; los programas
de comedia por una ida al teatro; el reggaetón
por la música de piano; utiliza tus
tiempos libres en leer y no en meterte a las redes sociales etc.
El menú que poseemos para alimentar a
nuestra mente es amplio y variado. Todo depende de ti.
3. Júntate con personas cultas.
La vida es realmente hermosa. No solo
por lo que ya de por sí nos ofrece la naturaleza, sino por todo aquello que el
hombre ha creado, me refiero a las artes. Es maravilloso admirar el mar, sentir
el viento en la cara, contemplar una noche estrellada en algún bosque. Igual de
maravilloso es admirar una pintura, sentir las palabras del poeta rozando
nuestra piel, contemplar una escultura o una obra arquitectónica.
A estas personas las distingue la
sencillez de corazón, ya que han comprendido el mundo de conocimiento que
existe y lo mucho que ignoran en comparación a ello. Estas personas además, aportarán
a tu vida bastantes ideas basadas en el arte. Ellas transforman el ambiente y
te contagiarán su amor por las artes.
Los viajes también son cultura, así
que atrae a tu vida a gente que no tema traspasar fronteras.
4. ¡Fuera achaques!
Cambia tu mentalidad. Una mente
achacosa, jamás prosperará. Mira, si en las tardes al volver a casa en lugar de
decir “Estoy muy cansado porque tuve un día pesado” lo cambias a “Hoy
tuve un día muy productivo”; en la primera tu mente mandará la señal de
cansancio y hartazgo a tu cuerpo, lo cual repercutirá en tu actitud y desempeño
después del trabajo. En la segunda oración, tu mente tendrá presente que ese
día fue productivo, aprovechado, incluso interesante. Entonces te sentirás
exitoso.
Una persona que comienza su día
quejándose, es muy probable, que lo termine de la misma manera atrayendo el
rezago y el cansancio. Un cambio de mente, te hará una persona diferente, tu
vida comenzará a cambiar en dirección opuesta al fracaso.
Desprograma tu mente de todo aquello
que sabes que está entorpeciendo tu camino. Nosotros podemos hacerlo. Desde
pequeños fuimos programados con la educación de nuestros padres, pero ahora,
nosotros somos responsables de modificar aquella programación en pro de nuestro
bienestar mental, físico, social, laboral, educacional, etc.
+ Cambio de mentalidad
+ Circulo social conveniente
Éxito personal.

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