Por: Erika Varela.
Rebeca evita estar triste, evita
llorar, no quiere que le duela nada, no quiere explotar de alegría, no quiere
gritar de coraje. Piensa que todos la juzgarán. Pensarán que está loca si
manifiesta efusivamente su felicidad o su enojo; dirán que es débil si la ven
llorar, o si está triste; dirán que es rencorosa si habla o grita a los cuatro
vientos que odia a alguien o alguna situación. Además, en su casa decían que
las niñas se ven feas cuando se enojan o cuando lloran, a su hermano le dijeron
que los hombres no lloran, que deben ser "machos".
Y ahora, ¿Qué hará con todo eso que
siente, con todo esto dentro de ella queriendo salir? Se esconde con sus ganas
de llorar, y aún ahí, no sabe cómo hacerlo. Si alguien le pregunta: "¿Cómo
estás?", ella siempre tiene una respuesta: "bien"; es normal
contestar de esta manera, es como los demás, normal, pertenece a la media, a
los que somos normales, a los que pertenecemos a este mundo.
Pero es que a veces siente que no
puede, quisiera explotar, siente que tiene tanto guardado, siente ganas de
compartir, siente ganas de gritarle a todos, a su jefe en especial, en el
trabajo. A veces a mamá, porque no está de acuerdo con ella, a veces a sus
subordinados porque no hacen las cosas como se las pide, a veces a su esposo
porque piensa que no la escucha, no limpia la casa y no le ayuda con los
niños...
¿Qué hacer?, piensa Rebeca. Se
pregunta: ¿Cómo se limpia el alma, la cabeza de tanto pensar y el corazón de
tanta cosa reprimida?
Le han dicho que son sus emociones y
que simplemente las exprese. Le dijeron que debe dejarlas salir, pero no sabe
cómo. Eso, hasta ahora, no lo sabe.
Si tiene ganas de gritarle a su jefe
¿qué puede hacer?, puede perder su trabajo. Pero es que, a veces, no lo
soporta. Y si le grita a su mamá, aunque a ella la ama, no puede tener
problemas con ella, no quiere alejarse porque ella es muy importante en su
vida. Además, piensa, que un día se irá y quiere aprovecharla al máximo, pero
entonces, cuando no está de acuerdo con ella, ¿Cómo se lo puede decir? ¿Cómo
sacar tanto? Todos le dicen que “suelte”, que lo saque, pero no sabe cómo.
Baila Rebeca, canta, grita, corre, pasea,
haz alguna otra actividad física, pinta, haz alguna manualidad, llora, ríe,
desbórdate de emoción, haz un berrinche, todo de forma efectiva y sana, sin
perjudicar tú vida, sin perjudicar tu cuerpo, sin que te corran de tu trabajo,
sin lastimar a tus seres queridos. Siendo tú misma.
Descúbrete Rebeca, es que nadie puede
decirte cómo hacerlo. Cada persona experimenta sus emociones de forma
particular. Pregúntate quién eres tú, cuáles son las cosas que te gusta hacer,
experiméntate y aprende a dejarte acompañar por tus emociones, date permiso de
que se queden contigo, descúbrelas en tu cuerpo, date cuenta en dónde las
sientes, descubre su forma, su color, su consistencia, su textura, inclusive su
olor y después, deja que partan. Las emociones son como los niños cuando tienen
un juguete nuevo, quieren jugarlo por un rato, luego se aburren o se cansan y
se van. Confía, Rebeca, tu cuerpo te hará saber cuándo es el momento.
El primer paso, Rebeca, es aceptar
que, por el simple hecho de estar viva, por el hecho de que eres un ser humano,
sientes emociones.
La expresión de tus emociones es muy
importante. Tu salud depende de ello, no solo tu salud mental, también la
física. Aprende cómo expresarlas. Cada uno, lo hacemos de distinta manera.

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