Por:
Lic. en Psic. Lucía Vázquez Pérez
Siempre
pensamos en que queremos lo mejor para nuestros hijos, que sea el más feliz,
que tenga una relación increíble con sus hermanos, el más integrado en la escuela,
el favorito de la maestra, etc. Y es que cuando somos padres, aunque sea un
bebé planeado por mucho tiempo, no deja de sorprendernos su llegada y nos
llenamos de miedos y preguntas. Si nos da tiempo buscamos respuestas con la
familia, amigos, el pediatra, el psicólogo, etc. ¡Uff! Finalmente no todos los
niños son iguales, lo que le funciona a mi mejor amiga, tal vez a mí no. La
maternidad es una aventura para lo que se necesita valor y, además, dejar un
poco de nuestra alma en eso.
Me
encanta compartir con ustedes esta aventura de la maternidad desde este blog
donde vamos a encontrar y acompañarnos con situaciones que a todas nos pasan
pero para las que cada una de nosotras tendremos respuestas diferentes a partir
de nuestra experiencia, vida y circunstancias.
Si
estás leyendo esto te pido por favor que
lo hagas respirando profundo y recordando que nada es para siempre; que el aquí
y el ahora lo vives solo tú y eso te hace única en este universo.
¿Qué mamá soy? ¿Cómo quiero que sea mi hij@?
Empecemos por “quién soy”.
Si buscáramos en Google
crianza positiva, obtendríamos
millones de resultados y ¿qué haríamos con tanta información y tan poco tiempo?
Por ello te propongo empezar por ti, reconociendo tus emociones y buscando tu
mejor estrategia para regularlas. Pensemos que hay veces en que estamos muy enojadas,
muy tristes o muy felices, pero si nos centramos en las negativas que debemos
aceptar y al mismo tiempo hemos de reconocerlas para poder tenerlas bajo
control.
Hoy toquemos uno de
nuestros demonios para conocerlo:
“Pase un mal día,
choqué el carro, llegamos tarde al colegio, me regañaron en el trabajo y no
llegó el dinero que esperaba”. Puede pasar todo o una sola cosa. Si paras un
segundo respiras profundo y piensas en otra cosa, harás que tu mente se
“desenganche“de la cadena de situaciones que te están llevando al límite.
Te propongo que pienses
en tu último buen momento; que escuches
la canción que te encanta, o bien, que cuentes de dos en dos hasta cincuenta y
regreses.
El Dr. Eduardo
Calixto en su libro “Un clavado a tu
cerebro” dice que respirar profundamente por cinco o diez minutos ayuda a oxigenar el cerebro y
cambiar la actividad neuronal. Esto te ayudará a seguir con las mismas
adversidades pero con diferente postura ante ellas.
Tú eres la guía de
tus hijos, y esa solo es una de tus múltiples actividades así que te exhorto a
que seas lo menos dura contigo y así lograrás tratar a tus hijos como te
hubiera gustado que te trataran a ti cuando tenías su edad. Si no lo logras hoy,
respira ya que mañana seguro habrá un avance en esto, tenlo en cuenta.
El reconocimiento de
tus emociones es fundamental para poder proyectarlo en todos tus escenarios. Las
mujeres cada vez trabajamos más, ya sea por necesidad y/o pasión; o bien, por
haber encontrado apenas hace unos años lo gratificante que resulta la vida
laboral, sin "tener que" descuidar todos nuestros frentes:
ü Nuestra propia identidad.
ü La pareja que quiero ser y tener.
ü La madre que soy.
ü La profesionista que quiero ser, que soy y la que
puedo ser.
¡Son tantas vertientes
y tan poco tiempo para reflexionar!
Solo por hoy, únicamente
respira.
No te compares
porque eres única, tal vez aún no eres quien te gustaría ser.
Todas las
decisiones que tomaste fueron las mejores para ti.
Respira y observa a
tus hijos, a tu pareja, a la gente en tu trabajo, observa.
Solo por hoy
respira, eres única y hoy para algunos ya eres la mejor.

Comentarios
Publicar un comentario
Estamos interesadas en conocer tu opinión